Muy rara vez, el tubo entra en el área del pulmón o la tráquea. Esto provoca mucha tos y el profesional de la salud tendrá que quitarlo y volver a colocarlo. A los niños que no tienen el reflejo nauseoso o que no pueden toser debido a lesiones en la cabeza o sedación, y a los que están con respirador, se les controlará la inserción del tubo NG con una radiografía de tórax.