A menudo un AIT se diagnostica basándose en los signos y su historial médico. También pueden hacerse otras pruebas para evaluar su riesgo de tener una apoplejía. A menudo, estas pruebas son diferentes tipos de exámenes mediante imágenes. Estos pueden mostrar cualquier coágulo de sangre o bloqueos o daños en las arterias del cuello o del cerebro.