El cuerpo de un adulto puede descomponer las toxinas como el alcohol más rápido de lo que puede hacerlo un feto. Por ejemplo, si usted bebe alcohol mientras está embarazada, los niveles de alcohol en sangre de su bebé en desarrollo serán más altos que los de su cuerpo. Los niveles altos de toxinas pueden dañar los órganos en desarrollo, incluyendo el cerebro.