Otros problemas que pueden debilitar el corazón o exigirle mayor esfuerzo son los siguientes:  Arritmias, que ocurren cuando el corazón late demasiado lento, demasiado rápido o fuera de ritmo. Daño cardíaco debido a una infección viral como la faringitis estreptocócica. Efectos secundarios de determinados medicamentos, incluidos los que tratan el cáncer o la leucemia.