Hoy en día, las personas no se enfrentan a los mismos riesgos que se enfrentaban hace mucho tiempo, como cuando luchaban contra los animales salvajes para salvar a sus familias. Sin embargo, nos enfrentamos a situaciones que hacen que nuestros cuerpos reaccionen de manera similar, con latidos cardíacos más rápidos, músculos tensos, presión arterial elevada, miedo, confusión, ira y sudoración.